Anoche soñé una mancha negra en la boca de mi abuela,
y me levanté asustada
a orinar y esperar que pasara el miedo,
las nubes el polvo el ruido lejano de la carretera.
Todo ocurre siempre en el baño
Sola frente a la ventana,
donde cordillera y frío llegan
a escarbarme las heridas
con sus ramas puntiagudas sus hojas secas.
Antes de regresar a la cama
me veo la espalda en el espejo:
es una curva larga que empieza en noviembre
una situación arrugada
y llena de puertas.
(*)
A medias cierro el pantalón de mi pijama,
Bajo la cadena
Y me invade una pereza sobrehumana de lavarme las manos.
A lo mejor mañana crecerá un árbol en la boca de mi abuela.
*ahora que lo volví a leer decidí quitar la palabra; a lo mejor mañana vuelva a cambiar de opinión.
martes, 13 de julio de 2010
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3 comentarios:
como siempre no queda mucho por decir cuando uno te lee. sólo decir que claro, entiendo, que la vivencia es levantarse y el espejo, pero la noche y uno medio dormido y los abuelos.
qué bonito eso de matitas saliendo por la boca. buena tierra tu abuela.saludos.
karla
Silvette...sí mae... los abuelos...qué más decir que no sea ellos regresándole a uno en sueños.
Abrazo, mae, gracias a vos.
karla, hola!!
Buena tierra doña Noemi, de veras que sí. Gracias por visitarme y comentar.
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