martes, 13 de julio de 2010

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Anoche soñé una mancha negra en la boca de mi abuela,
y me levanté asustada
a orinar y esperar que pasara el miedo,
las nubes el polvo el ruido lejano de la carretera.

Todo ocurre siempre en el baño
Sola frente a la ventana,
donde cordillera y frío llegan
a escarbarme las heridas
con sus ramas puntiagudas sus hojas secas.

Antes de regresar a la cama
me veo la espalda en el espejo:
es una curva larga que empieza en noviembre
una situación arrugada
y llena de puertas.

(*)
A medias cierro el pantalón de mi pijama,
Bajo la cadena
Y me invade una pereza sobrehumana de lavarme las manos.

A lo mejor mañana crecerá un árbol en la boca de mi abuela.


*ahora que lo volví a leer decidí quitar la palabra; a lo mejor mañana vuelva a cambiar de opinión.

3 comentarios:

Silvia Piranesi dijo...

como siempre no queda mucho por decir cuando uno te lee. sólo decir que claro, entiendo, que la vivencia es levantarse y el espejo, pero la noche y uno medio dormido y los abuelos.

Anónimo dijo...

qué bonito eso de matitas saliendo por la boca. buena tierra tu abuela.saludos.

karla

macizo dijo...

Silvette...sí mae... los abuelos...qué más decir que no sea ellos regresándole a uno en sueños.
Abrazo, mae, gracias a vos.

karla, hola!!
Buena tierra doña Noemi, de veras que sí. Gracias por visitarme y comentar.

 
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