A mi jefe, el nudo de la corbata le queda como soga al dedo, como anillo al cuello.
Es de esas personas que retuercen los ojos cuando sonríen. No sé si me explico.
Tal vez porque sonreír le pasa tan poco que ya perdió la costumbre.
Un día de éstos, traté de hacer un hueco en la pared de su oficina,
un hueco pequeño, nada del otro mundo, y lo único que alcancé a ver fue la corbata de seda apuntando a su garganta, la ventana abierta, su cara de nada, y 25 pisos llamándolo en voz baja.
domingo, 11 de mayo de 2008
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10 comentarios:
qué voyerismo más loquillo...la tiesera total
yo retuerzo los ojos también, la bizquera de inés es cierta macizo.
Mae, sí, samueliada y media a la tiesera de Chito, jeje. Que conste que yo no fui, fue Teté, jejej.
Creo que todos bizqueamos en algún momento o en muchos, sobre todo cuando la hondanada y esas cosas.
pasaba a saludar, que rai con los ojos mas particular... en fin. :)
che, espero que estes bien, ta bonita esa foto de las botellas.
saludos mop.
si yo pudiera abrir un huequito...
muy locazo!
y la nueva foto sureña me encanta!
que final más oscuro Chita!
cómo le baila en el sur?
jajajaja, mae me hizo demasiada gracia, senti que la corbata cobraba vida y le estrujaba el cuello como una boa, de como lo describis de tieso al hombre, pero la parte de los 25 pisos me hizo pensar "ruaauuu". Un abrazo chita.
Como que los jefes se parecen, no?
Pareciera que en cualquier lado son iguales... Pobres...
Publicado el 11 de mayo, para variar, mi cumpleaños. Y los 25 pisos, cabalístico también. Teté no tuvo nada que ver.
Uf, de impacto. Cai puedo ver las venas amarradas por esa corbata y a punto de estallar.
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