miércoles, 18 de noviembre de 2009

El malvado y panóptico Señor Feisbuc. Parte II

Había prometido que cuando las musas me arrinconaran nuevamente, y por aquello del sano equilibrio, me referiría a las bondades del Sr. F. Sin embargo mis planes se han visto repentinamente truncados en estos días, debido a bizarros acontecimientos que me obligan, finalmente, a retractarme de tan ingenua y loable iniciativa.

Pocos días después de que colgara en este blog la inofensiva entrada que lleva por título El Malvado y Panóptico Sr. Feisbuc, me topé con la desagradable sorpresa de que en los muros de algunos contactos, e incluso en el mío, aparecían mensajes supuestamente enviados por Laura Flores, o sea Chita, o sea yo, referidos a un tal video de una página llamada Estultissia.com o algo similar.

Dicho de otro modo, el Satánico Señor estiró la mano, escogió a una de sus adiestradas y transgénicas ovejitas de la granja feisbuc, mejor conocida como Farm Ville, y, dueño y señor de los espacios infinitos, la mandó a jaquearme.

Que dicho ataque haya sido planeado en los invisibles headquarters del Sr. F o que haya sido obra de algún díscolo y simpático cibernauta, poco importa; lo cierto es que se me activó la paranoia y cuando eso le pasa a Chita, no hay vuelta de hoja.

CONSIDERANDO, entonces, que el Satánico Sr. Feisbuc:

1. No acepta crítica.
2. Es enemigo del diálogo.
3. Tiene sus mecanismos internos para purgar a la disidencia y por lo tanto es taliniano.
4. No le gustan los focos de subversión.
5. Se parece demasiado a Óscar Arias.

Esta chita ACUERDA:

1. Agarrar sus chuicas, sus fotos, sus “contactos” y ahuecar el ala, para tratar de volver a su pequeña y desconectada vida antes de Feisbuc.
2. Tratar de volver a las formas de socialización anteriores al Muro, al muro de Feisbuc… tomar café o birra con sus compas, escribir cartas o correos, llamar por teléfono aprovechando su recientemente estrenada incursión en la era celular, seguir hablándole a desconocidos en la calle, saludar al pulpero –el último que queda, por cierto-, y recordar a los mejores amigos que se me han ido muriendo con el paso de los años, incluyendo perros y conejo; en fin, todo ese tipo de cosas que enaltecen mi humanidad.

Hasta nunca Sr. Panopticon, muy agradecida por los sanos ratos de esparcimiento.

Una oveja menos en la granja.

martes, 10 de noviembre de 2009

::::

A veces amanece
cuiteada y espléndida.
Otras veces gira con el viento,
y simplemente llora.
Torcida la boca, los ojos abiertos.

Su hipocresía es delgada
adoquinada y nueva.
Tiene parches y grietas
Para sangrarle tiempo a las aceras.

Escupida toda,
Borrada a medias.

Perfecta y desmemoriada
Con sus pedazos de lo que queda.

Despoblada a golpes.
Le mataron los zapateros los tranvías la biblioteca
y quedó renca, como una gran mentira de charcos luminosos
como un puñado de asfalto hirviendo en la retina.

Es la última parada
de las democracias tuertas.
Escaparate rancio donde brillan siempre las mismas muecas,
donde el humo de los buses habla su violencia ronca
de cuartos casinos cartones.
Su violencia es de agua caliente
de cortinas con flores.

Tiene dolarizadas las avenidas
Y parques con sus bancas,
sus fuentes,
sus viejitas tristes.

La violaron entre varios.
Varillas de cemento.
Tiene rótulos largos de diez pisos
No tiene ejército.
Es ella, enjambre de soledades y semáforos
ella toda, sola y hambrienta
y se va borrando poco a poco
luego de cada aguacero.
 
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